jueves, 11 de agosto de 2011

La paella



Están todos apretujados en el frigorífico. Langosta se esconde tras los guisantes de un pulpo ligón. Merluza intenta poner orden “señores relájense, guárdense para la paella”. Las gambas peinan sus bigotes. Mejillón se abrocha el chaleco. Las ostras, estiradas, se colocan el collar de perlas. Hasta don Centollo plancha su traje nuevo de nácar con brillo azulón.
Busco el arroz que mamá dejó en el estante, le presento a sus invitados. Juntos planean la cocción. Todos quieren destacar: “Yo me pido un lugar junto a Pimiento”, “para mí un chorrito de limón que está fresquito”.
Pero antes de empezar le damos al colorante, mamá me dijo que es su toque maestro.
¡Pablito! ¿Qué estás haciendo? –entrando en la cocina se ha puesto roja como un tomate y ha empezado a gritar- amarillo el suelo, amarilla la ropa, amarillo tú… ¡Negra me tienes ya!
Qué raro es esto de cocinar entre aliños y colores. Mamá me ha enfadado y me ha dejado a remojo como las judías pintas.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Ayer fui al medico


El curso pasado me hicieron la revisión de todos los años y el médico dijo que tenía la espalda torcida. Yo por más que me miro en los espejos me veo con los pies abajo y la cabeza arriba, no se me cae ni nada de eso. Creo que el médico necesita gafas y no se ha dado cuenta.
 El caso es que ayer llamaron a mi mama y tuvimos que ir deprisa y corriendo al gimnasio de los médicos. Me perdí la película de los pokemon y ahora tengo que estar todo el mes haciendo unos ejercicios que me mandan: respira, no respires. Coge aire y haz fuerza como si fueras a echarte un pedo, pero no lo hagas. A Wu, un chino que hace los mismos ejercicios que yo, se le escapan todos los pedos. – Sube los hombros, bájalos… Así todo el rato.
Me han dicho que tengo que nadar mucho para hacer músculo pues todo lo que como no saben donde lo meto. Yo como por la boca y va a la tripa como hace todo el mundo, no sé donde puede estar el problema. El socorrista dice que soy una máquina de nadar. Esto esta bien, seguro que empiezo a nadar por el Ebro y termino en la playa, así cogeremos las vacaciones que, según mi mama, nos ha fastidiado la gimnasia de los pedos.

lunes, 8 de agosto de 2011

Cuando yo nací



Cuando yo nací mi mama se puso muy contenta porque por fin pudo ver mi cara. Hasta entonces sólo había visto mi mano saludando desde su tripita el día que le hicieron una ecografía. Mi mama dice que las cosas a veces son complicadas, pero que también dan alegrías. Me cuenta la historia desde el principio, cuando yo no era consciente de donde estaba, pues siendo más pequeño que una mota, abrieron la tripita de mama para buscar ...